Así como
bien y mal son términos relativos, que dependen de la percepción del
observador, igualmente los términos Magia Blanca o Magia Negra son relativos y
arbitrarios. La Magia es una sola, de la
misma forma que “todo lo que existe emana de la Cosa Una”. Es el Mago, a través de la dirección de su
propia Voluntad el que dirige su accionar mágico, es él el que direcciona al “Gran
Agente Mágico” con el fin de producir determinados efectos, pero este agente, per se, no es ni bueno ni malo, ni
blanco ni negro, solamente ES.
Un cuchillo puede ser utilizado para cortar los alimentos que hemos de proporcionar al cuerpo, pero puede también ser utilizado para asesinar. Por sí mismo el cuchillo no es ni bueno ni malo, es quien lo utiliza el que direcciona su acción para producir un efecto u otro.
De
conformidad con ello, los términos “magia blanca” o “magia negra”, son solo
convenciones, nada más, que podemos aceptar o no, y que sirven para referirnos
a ciertos fenómenos o resultados del empleo de la Magia. Pero no dejan de ser arbitrarios, y se
prestan más para dividir, separar, discriminar y confundir que para otra cosa.
Insisto, es
la Voluntad del Mago la que dirige al “Gran Agente Mágico” a producir este o
aquel efecto, pero este “Gran Agente” permanece incólume. La Magia Es, y el Verdadero Mago también
ES.
Este Mago
sabe conjugar perfectamente los cuatro verbos del Gran Arcano: Saber, Querer,
Osar y Callar.
Fraternalmente
In LVX,
L.A.M.
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