sábado, 20 de agosto de 2011

Video sobre la Golden Dawn - Canal Infinito

Queridos Fratres y Sorores, comparto con ustedes este video presentado en el canal INFINITO hace algún tiempo, el cual se encuentra disponible en youtube.  Espero lo disfruten.


Fraternalmente In LVX


Frater L.A.M.







jueves, 18 de agosto de 2011

Una aproximación al simbolísmo Hermético y Qabalístico de la Cruz de los Elementos

Por: Frater L.A.M.

La cruz, es el símbolo por excelencia del cuaternario, síntesis de los principios por los cuales se manifiesta la materia.  Así, tal como lo expresa sabiamente Jorge Adoum: “Todo cuanto existe debe ser de naturaleza doble, trino en su manifestación y cuádruple para su realización”

La Cruz, representa el encuentro de los opuestos, la armoniosa conjunción de los contrarios, los factores similares pero opuestos en su acción, uno que se ubica verticalmente y otro de forma horizontal.

El trazo horizontal es pasivo, como el hombre que duerme o descansa echado en el suelo. Por el contrario, el trazo vertical es activo, como un hombre de pie, despierto, consciente. La cruz es entonces una representación de la actividad que atraviesa la pasividad.  Sugiere una idea de fecundación, y por tanto se refiere filosóficamente a la unión sexual, entendida ésta en su acepción más noble.  Es decir, es la idea que penetra en la inteligencia receptiva y la fecunda.   Dios se une a la Naturaleza para engendrar lo que es. Nuestra energía se casa con nuestro organismo para que éste trabaje. Una fuerza sólo vale por su aplicación; esto explica la Cruz, signo de acción y de trabajo efectivo.

A la cruz, como símbolo del cuaternario, suelen asociarse los cuatro elementos de los alquimistas, presentes en la simbología de la Tradición Esotérica Occidental, en general, de muchas maneras, y de manera muy particular, en la Tradición de la Golden Dawn en tanto Orden Hermética y Qabalística.


Estos elementos, asociados a los brazos de la cruz, no son solo referencias a elementos físicos, sino que se refieren a  energías presentes en el universo, en nuestro cuerpo, y en nuestro Ser, que deben ser conocidas, purificadas y dominadas. 

En la Tradición Hermética se les denomina “espíritus” del fuego, del agua, del aire y de la tierra. Sobre ellos dice Adoum que “son los dioses del primer versículo del génesis, que formaron el Cielo y la Tierra y los que forman la contraparte sutil de la Naturaleza inferior y densa, y qué poseen muchas enseñanzas para el aspirante, a quien aumentarán su percepción y sensibilidad”.  (Jorge Adoum.  El Reino)

Ahora bien, a cada elemento se asocia un elemental, como son conocidas estas energías, que reciben los nombres de Salamandras los del fuego, Ondinas los del agua, Sílfos los del aire y Gnomos los de la tierra, y pueden ser utilizados por el hombre qua ha fortalecido su Voluntad y posee una Razón esclarecida.   Estos elementales, en tanto energías-fuerzas, representan en cierto plano virtudes a ser cultivadas y vicios a ser sometidos, así:

Fuego: 

corresponde naturalmente con la voluntad y la imaginación.  Hace a los hombres enérgicos, entusiastas, violentos y dominadores. Dan ímpetu, pasión, fuerza, dominio, voluntad, coraje, etc.  Incita a la cólera y sería destructor si no estuviera compensado por los otros elementos combinados El fuego se acompaña, además, con el temperamento bilioso.

Agua: 

corresponde naturalmente con el sentimiento, la emoción y la sensación. Hace a los hombres sensitivos e impresionables.  Proporcionan fuerza curativa, manejan las emociones, la sensibilidad, la gestación y el sexo.  El agua se acompaña con la tendencia linfática.

Aire: 

corresponde naturalmente con el pensamiento, el juicio y la reflexión. los hace inteligentes, amantes del estudio y buscadores de la Verdad.  Dan cambios, comunicación, velocidad, precipitación, inconstancias, variabilidad.  El aire se acompaña con el temperamento sanguíneo.

Tierra: 

corresponde naturalmente con la percepción, el sentido práctico y la acción.  Hace a los hombres industriosos y laboriosos, tenaces y perseverantes.  Proporcionan el manejo de lo material, de las decisiones, determinaciones, del sentido de estar situado y viviente, pero puede llevar a la codicia y los apegos.  La tierra se corresponde con el temperamento nervioso.

Nunca se insistirá suficientemente en el hecho de que el Hombre debe ejercer a través de una razón esclarecida y una voluntad fortalecida, un dominio de los elementos y no dejarse jamás dominar por el aspecto inferior que ellos pueden encarnar.

La cruz y los elementos son entonces símbolo del hombre dominado por los elementos.  Pero el cuaternario sin el quinario estaría carente de vida.  Es por esto que debe trabajarse laboriosamente con los elementos para lograr que la Rosa florezca en el centro de la Cruz.


L.A.M